LAMEC, si deseas conocer la razón de porqué te doy este Libro, es que si
consideras tu condición, que es la de ser un hijo que nació último, sabrás
por qué te pertenece; y yo cometería un gran error si te privara de la
gracia que Dios me dio con tanta profusión y liberalidad. Haré, pues,
todos los esfuerzos para evitar y eludir la.prolijidad de las palabras en
este Libro 1; teniendo sólo en vista la antigüedad de esta Ciencia
Venerable e Indubitable. Y viendo que la VERDAD no tiene necesidad de
iluminación ni de exposición, puesto que ella es sencilla y correcta; sólo
obedece a todo lo que yo te diga, contentándote con su simplicidad; sé
bueno y recto9, y adquirirás más riqueza de la que yo pudiera saber cómo
prometerte. Que el Dios Unico y Santísimo conceda a todos la gracia
necesaria para que puedan comprender y penetrar los elevados Misterios
de la Qábalah y de la ley; pero que se contenten con lo que el Señor les
acuerde; viendo que si contra Su Voluntad Divina desean volar más alto
aún, tal como lo hiciera Lucifer, esto sólo les procurará una caída muy
vergonzosa y fatal. Por ello, es necesario ser extremadamente prudente y
considerar la INTENCION que yo he tenido al describir este método de
operación; porque en consideración a tu gran juventud no intento otra
cosa que promover en ti la investigación de esta Magia Sagrada. Pero la
manera de adquirirla llegará más tarde, en toda su perfección, y en su
tiempo adecuado; pues te la enseñarán Maestros mejores que yo, es
decir, los mismos Angeles Santos de Dios
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