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Información del Libro 'Fenomenología De La Percepción - Maurice Merleau-ponty'

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Fenomenología De La Percepción - Maurice Merleau-ponty

Enviado por natttt el 2013-07-31 00:07:19


Título Original: Phénoménologie de la perception 
Autor(es): Maurice Merleau-Ponty
Editorial: Planeta-De Agostini
Idioma: Español
Fecha de publicación: 1993
ISBN: 84-395-2219-3
Referencia: 4653
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SinopsisLa Fenomenología de la percepción es la obra principal del filósofo francés Maurice Merleau-Ponty, publicada en 1945. Para Merleau Ponty, la percepción del color varia correlativamente a la percepción de la iluminación y la superficie de los objetos organizados dentro del campo perceptivo. Propiamente no hay entonces percepción de colores puros, sino que estos solo se dan en su interrelación estructural con otros aspectos de la cosa que aparece. Es decir, el "escorzo" color, no aparece nunca separado de los escorzos "iluminación", "superficie", "textura", "redondez", etc. Un ejemplo puede servir para entender mejor esto, el limón, dice, es "esta manera particular en que el amarillo es ácido, y la acidez es amarilla". Allí vemos, entonces, que el color (amarillo) solo aparece en su interrelación con otros aspectos de la cosa (en este caso, la acidez del limón). Por lo tanto, tanto las explicaciones intelectualistas como las empiristas no logran dar cuenta acabada del problema de las constancias cromáticas, es decir; como es que percibo un color como siendo constante, a pesar de que visualmente la cosa coloreada tiene diferentes matices en diferentes momentos. Ambas yerran porque suponen que debajo de las percepciones variables, existe un color real en la cosa. Y este color seria deducido (versión intelectualista) o bien seria una especie de imagen típica a la que reconducimos todas las apariciones (versión empirista). Para Merleau Ponty, en cambio, percibimos el color como estable; justamente debido a que el color solo aparece en una estructuración con otros aspectos de la cosa. Dicha estructuración es lo que se mantiene aproximadamente idéntica a si misma, y por eso es que el color se mantiene estable. Este análisis particular del color y las constancias cromáticas, puede luego generalizarse a todas las apariciones sensibles. De esta manera, tendríamos que ningún aspecto de la cosa aparece de forma separada, no hay cualidades sensibles puras, simples y separables; sino que cada una es lo que es por su interrelación estructural con otros aspectos de la cosa. Una última consideración a hacer acerca de esto, es que la visión de Merleau Ponty implica una originalidad con respecto a la versión de la fenomenología clásica; según la cual las cosas (los noemas), aparecían debido a una intencionalidad que otorgaba sentido a la materia sensible. En cambio acá, en la medida en que las "apariciones sensibles" no son separables, podemos suponer que es en la sensación misma en la que aparece la forma; sin que haya necesidad de una conciencia trascendental constitutiva de trascendencias. La experiencia perceptiva es siempre experiencia de estructuras. Por más que podamos desagregar esa estructura hacia las subestructuras subyacentes, estas últimas son también estructuras. Lo último en este análisis seria una sensación que es ya, también ella, una pequeña estructura. A su vez, para Merleau Ponty las cosas se captan en relación con el esquema corporal. Eso implica que las cosas se aprenden como tales gracias a que mi cuerpo es capaz de explorarlas. En este sentido el cielo, por ejemplo; no es una cosa, ya que no se presta a un comportamiento habitual de mi cuerpo. En esta sección comienza el estudio de la cosa natural, como propedéutica para un estudio general de la naturaleza. En este sentido, la cosa natural es aquella (como el cielo) que no se presta a un comportamiento habitual de mi cuerpo: que tiene algo de no familiar, de inhumano. Las cosas no son simplemente, entonces, un correlato de nuestro cuerpo, o de nuestro esquema corporal. Hay ciertas cosas como la piedra, que no están adaptadas a un cierto quehacer pragmático, que no disponen a nuestro cuerpo a realizar tales acciones, a llevar a cabo tales comportamientos. Esto, evidentemente, a diferencia de los artefactos; objetos de origen humano que sí cumplen con estas características que estarían ausentes en el objeto natural. Y sin embargo, no hay que creer que estamos ante dos tipos de estructuras ontológicamente diferentes. En realidad, todo artefacto es ya también parte del mundo, y por lo tanto; también es, al menos en cierto sentido, una cosa natural. Esto es: todos los objetos del mundo son refractarias a un proyecto pragmático definido, podrían usarse para llevar a cabo otros comportamientos además de aquellos a los que "normalmente" nos disponen. Con este anticipo ahora podemos considerar el mundo. Para nuestro autor este es el horizonte de todos los horizontes, el horizonte último que permite la aparición de los objetos. Es ilimitado en el sentido de inagotable, pero esto solo a condición de permanecer el mismo como inaprensible. No hay que suponer, sin embargo, que el mundo se presente como algún tipo de límite para nuestro conocimiento; por el contrario, como ya se señalo, es lo que permite que haya conocimiento en el mundo. Así pues, el mundo es por necesidad un misterio.
La importancia primordial de la percepciónDesde la época de La estructura del comportamiento y la Fenomenología de la percepción, Merleau-Ponty quería demostrar que la percepción no es el resultado casual de las sensaciones "atómicas", en contraposición a la tradición iniciada por John Locke, que estaba siendo perpetuada por ciertas corrientes psicológicas de la época, en particular la psicología del comportamiento. Para Merleau-Ponty, en cambio, la percepción tiene una dimensión activa, en la medida en la que representa una apertura primordial al mundo de la vida (al Lebenswelt). En contra del atomismo antes citado, Merleau-Ponty logra valiosas conclusiones apelando no sólo a la fenomenología (o estudio lógico de las cosas tal cual aparecen) sino también con el gran aporte de la Teoría de la Gestalt y los descubrimientos referidos a las funciones psíquicas realizados hasta su época. Esa apertura primordial que significa la percepción activa forma la base de su tesis de la importancia primordial de la percepción. Según una formulación de la fenomenología de Edmund Husserl, la de la consciencia intencional basada en la frase de Franz Brentano: "toda conciencia es conciencia de algo", lo que implica una diferencia entre el "acto de pensar" (proceso cognitivo o noésis) y el conjunto de los "objetos intencionales del pensamiento" (noéma), haciendo de la correlación noética-noemática el primer escalón de la constitución del análisis de la conciencia. Para más claridad, el apotegma "toda consciencia es consciencia de algo" implica que toda consciencia es intencional, ergo: si hay consciencia es porque -como ya lo planteaba Descartes con su cogito- existe un ser consciente (el humano) pero esto no basta, la consciencia es de algo, se tiene consciencia de algo externo al sujeto poseedor de la consciencia (en este caso es cuando Sartre habla de transcendencia del ego y en esto coincide Merleau-Ponty, es así entonces que la consciencia intencional o consciencia de algo es una base para los criterios de realidad y de objetividad). Sin embargo, al estudiar los manuscritos póstumos de Husserl, que sería una de sus mayores influencias, Merleau-Ponty remarca que en su evolución, sus trabajos exhiben fenómenos que no son asimilables a la correlación noética-noemática. Esto es especialmente el caso cuando uno atiende los fenómenos del cuerpo (que es al mismo tiempo cuerpo-sujeto y cuerpo-objeto), a los tiempos subjetivos (la conciencia del tiempo no es ni un acto volitivo -voluntario- de consciencia ni un objeto del pensamiento) y a la consciencia que se tiene de los otros (las primeras consideraciones de los otros en Husserl llevan al solipsismo). Así, la diferencia entre "actos del pensamiento" (noésis) y los "objetos intencionales del pensamiento" (noéma) no parece constituir una base irreductible. Más bien se manifiesta en un nivel superior de análisis. De ahí que Merleau-Ponty no se quede en el postulado "toda consciencia es conciencia de algo", que supone la formación de un dialelo ("círculo vicioso") noético-noemático, sino que desarrolla la tesis según la cual "toda conciencia es conciencia perceptiva". Con este acto inaugura un giro significativo en el desarrollo de la fenomenología, que exigía una revisión de los conceptos a la luz de la primordialidad o primado de la percepción, sopesando las consecuencias filosóficas de esta tesis. Husserl logra dar una base contra el solipsismo al utilizar en su método de reducción fenomenológica la tesis brentaniana "toda consciencia es consciencia de algo" (vale reiterar: de algo externo al sujeto y al ego y consciencia del sujeto), sin embargo Husserl en su segunda etapa tiene posturas casi platónicas que apuntan a una recaída en la metafísica (el "primer Husserl" por el contrario puso sus esfuerzos en hacer de la filosofía una ciencia estricta). Ante la recaída husserliana en senderos metafísicos la noción de Merleau-Ponty basada en la consciencia perceptiva es una noción concreta, fisiológica, basada en lo real del cuerpo humano. Es de tal modo que Merleau-Ponty converge en gran medida con Sartre: el cuerpo humano es junto a lo externo real la base de la conciencia, y por esto se da un compromiso existencial entre el sujeto y sus circunstancias. Sin embargo el existencialismo de Merleau-Ponty diverge en un punto crucial del existencialismo sartreano: en tanto que para Sartre la relación intersubjetiva es una relación de egos para los cuales todo otro ego queda reducido a la categoría de objeto, para Merleau-Ponty la cuestión resulta bien distinta, es precisamente esa relación existencial -y el compromiso que implica- lo que hace que todo ego deba reconocer a otro ego como un semejante y ya no sólo como un objeto.
La corporalidad
Tomando como punto de partida el estudio de la percepción, Merleau-Ponty llega a reconocer que el cuerpo propio es algo más que una cosa, algo más que un objeto a ser estudiado por la ciencia, sino que es también una condición permanente de la existencia. El cuerpo es, según Merleau-Ponty, constituyente tanto de la apertura perceptiva al mundo como de la "creación" de ese mundo. Existe por lo tanto una inherencia de la consciencia y del cuerpo que el análisis de la percepción debe tener en cuenta. Por así decirlo, la primacía de la percepción significa la primacía de experiencia en la medida en que la percepción presenta una dimensión activa y constitutiva. A lo largo de sus obras Merleau-Ponty instaura un análisis que reconoce tanto la corporalidad de la consciencia como una intencionalidad corporal, contrastando así con la ontología dualista cuerpo/alma de Descartes, un filósofo a quien Merleau-Ponty siempre se mantiene atento a pesar de las importantes divergencias que les separa.
INDICE DE LA OBRAPRÓLOGOINTRODUCCIÓN: LOS PREJUICIOS CLÁSICOS Y EL RETORNO A LOS FENÓMENOSI. La «sensación»Como impresión. Como cualidad. Como consecuencia inmediata de una excitación. ¿Qué es el sentir?II. La «asociación» y la «proyección de los recuerdos»Si tengo sensaciones, toda la experiencia es sensación. La segregación del campo. No hay «fuerza asociativa». No hay «proyección de recuerdos». El empirismo y la reflexiónIII. La «atención» y el «juicio»La atención y el prejuicio del mundo en sí. El juicio y el análisis reflexivo. Análisis reflexivo y reflexión fenomenológica. La «motivación»IV. El campo fenomenalEl campo fenomenal y la ciencia. Fenómenos y «hechos de consciencia». Campo fenomenal y filosofía trascendental
PRIMERA PARTE: EL CUERPOPreámbulo - La experiencia y el pensamiento objetivo. El problema del cuerpoI. El cuerpo como objeto y la fisiología mecanicistaLa fisiología nerviosa supera el pensamiento causal. El fenómeno del miembro fantasma: explicación fisiológica y explicación psicológica igualmente insuficientes. La existencia entre lo «psíquico» y lo «fisiológico». Ambigüedad del miembro fantasma. La «contención orgánica» y el cuerpo como complejo innatoII. La experiencia del cuerpo y la psicología clásicaPermanencia del propio cuerpo. Las «sensaciones dobles». El cuerpo como objeto afectivo. Las «sensaciones cinestésicas». La psicología necesariamente reducida a los fenómenosIII. La espacialidad del propio cuerpo y la motricidadEspacialidad de posición y espacialidad de situación: el esquema corpóreo. Análisis de la motricidad según el caso Schneider de Gelb y Goldstein. El «movimiento concreto». La orientación hacia lo posible, el "movimiento abstracto». El proyecto motor y la intencionalidad motriz. La «función de proyección». Imposible comprender esos fenómenos por una explicación causal y vinculándolos al déficit visual, ni por un análisis reflexivo y vinculándolos a la «función simbólica». El fondo existencial de la «función simbólica» y la estructura de la enfermedad. Análisis existencial de las «perturbaciones de la percepción» y de las «perturbaciones de la inteligencia». El «arco intencional». La intencionalidad del cuerpo. El cuerpo no está en el espacio, habita el espacio. El hábito como adquisición motriz de una nueva significaciónIV. La síntesis del propio cuerpoEspacialidad y corporeidad. La unidad del cuerpo y la de la obra de arte. El hábito perceptivo como adquisición de un mundoV. El cuerpo como ser sexuadoLa sexualidad no es una mezcla de «representaciones» y reflejos, sino una intencionalidad. El ser en situación sexual. El psicoanálisis. Un psicoanálisis existencial no es un retorno al «espiritualismo». En qué sentido la sexualidad expresa la existencia: realizándola. El «drama» sexual no se reduce al «drama» metafísico, pero la sexualidad es metafísica. No puede ser «superada». Nota sobre la interpretación existencial del materialismo dialécticoVI. El cuerpo como expresión y la palabraEl empirismo y el intelectualismo, insuficientes los dos en la teoría de la afasia. El lenguaje tiene un sentido. No presupone el pensamiento, sino que lo consuma. El pensamiento en los vocablos. El pensamiento es la expresión. La comprensión de los gestos. El gesto lingüístico. No hay signos naturales ni signos puramente convencionales. La transcendencia en el lenguaje. Confirmación por la teoría moderna de la afasia. El milagro de la expresión en el lenguaje y en el mundo. El cuerpo y el análisis cartesiano
SEGUNDA PARTE: EL MUNDO PERCIBIDOPreámbulo - La teoría del cuerpo es ya una teoría de la percepciónI. El sentir¿Cuál es el sujeto de la percepción? Relaciones del sentir y las conductas: la cualidad como concreción de un modo de existencia, el sentir como coexistencia. La consciencia atascada en lo sensible. Generalidad y particularidad de los «sentidos». Los sentidos son «campos». La pluralidad de los sentidos. Cómo el intelectualismo la supera y cómo tiene razón contra el empirismo. Cómo, no obstante, el análisis reflexivo sigue siendo abstracto. El a priori y lo empírico. Cada sentido tiene su «mundo». La comunicación de los sentidos. El sentir «antes» de los sentidos. Las sinestesias. Los sentidos distintos e indiscernibles como las imágenes monoculares en la visión binocular. Unidad de los sentidos para el cuerpo. El cuerpo como simbólica general del mundo. El hombre es un sensorium commune. La síntesis perceptiva es temporal. Reflexionar es reencontrar lo irreflejoII. El espacioEl espacio ¿es una «forma» del conocimiento?A) El arriba y el abajoLa orientación no viene dada con los «contenidos». Tampoco es constituida por la actividad del espíritu. El nivel espacial, los puntos de anclaje y el espacio existencial. El ser no tiene sentido más que por su orientaciónB) La profundidadLa profundidad y la anchura. Los pretendidos signos de la profundidad son motivos. Análisis de la magnitud aparente. Las ilusiones no son construcciones, el sentido de lo percibido es motivado. La profundidad y la «síntesis de transición». Es una relación de mí a las cosas. Lo mismo ocurre con la altura y la anchuraC) El movimientoEl pensamiento del movimiento destruye el movimiento. Descripción del movimiento en los psicólogos. Pero, ¿qué quiere decir la descripción? El fenómeno del movimiento o el movimiento antes de la tematización. Movimiento y móvil. La «relatividad» del movimientoD) El espacio vividoLa experiencia de la espacialidad expresa nuestra fijación en el mundo. La espacialidad de la noche. El espacio sexual. El espacio mítico. El espacio vivido. Estos espacios, ¿presuponen el espacio geométrico? Es necesario reconocerlos como originales. Sin embargo, están construidos sobre un espacio natural. La ambigüedad de la conscienciaIII. La cosa y el mundo naturalA) Las constancias perceptivasConstancia de la forma y la magnitud. Constancia del co...

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