En febrero de 1989 se trató un caso sumamente insólito ante el Juez W. Dale Young en el Condado Blount, Tennessee. En aquel caso, Junior L. Davis presentó una demanda contra su ex esposa, ahora Mary Sue Davis Stowe, acerca de la custodia de siete embriones congelados criogénicamente que los dos habían creado en una clínica de fertilidad antes de divorciarse. En su demanda, Davis pidió al tribunal que 1) diese a Davis y Stowe la custodia conjunta de sus embriones, o 2) que prohibiese a Stowe o a quien fuese que empleasen los embriones para implantación hasta que él pudiese decidir acerca de cómo disponer de ellos, o 3) si no, que se considerase a Stowe como la única parte apropiada para la implantación. Después de escuchar casi tres días de testimonio, el Juez Young decidió en septiembre que Stowe recibiese la custodia temporal de los embriones con el propósito de llevarlos a buen fin por medio de implantación.
Uno de los testigos expertos que dio testimonio en este notable caso fue el doctor Jerome Lejeune, un experto de renombre mundial en genética humana. En su asombroso testimonio, el doctor Lejeune saca a la luz algunos recientes hallazgos científicos que tienen que ver directamente con la cuestión del origen del hombre. Aunque no todo el testimonio de Lejeune tiene que ver con los orígenes, y aunque mucho del mismo traspasa los límites de la ciencia, creemos que será valioso reproducir el testimonio íntegro. En primer lugar, la reproducción de todo su testimonio da un importante contexto para comprender las declaraciones científicas de Lejeune. En segundo lugar, creemos que subraya la enorme relevancia de la ciencia para muchas cuestiones que nos confrontan a finales del siglo veinte, cuestiones que afectan a importantes consideraciones éticas y metafísicas.
Género: Ciencia,Biología
Tamaño: 238 Kb
Tiene audiolibro: NO
Presentación: Libro
Calidad: Sin OCR
Idioma original: Sin clasificar
Idioma del texto: Castellano
Clasificado: Sin clasificar
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