Resena: Los cronopios no tienen casi nunca hijos, pero si los tienen, pierden la
cabeza y ocurren cosas extraordinarias. Por ejemplo, un cronopio tiene un
hijo, y en seguida lo invade la maravilla y está seguro de que su hijo es el
pararrayos de la hermosura y que por sus venas corre la química completa
con aquí y allá istas llenas de bellas artes y poesía y urbanismo. Entonces
este cronopio no puede ver a su hijo sin inclinarse profundamente ante él y
decirle palabras de respetuoso homenaje.
El hijo, como es natural, lo odia minuciosamente. Cuando entra en la edad
escolar, su padre lo inscribe en primero inferior y el niño está contento
entre otros pequeños cronopios, famas y esperanzas. Pero se va
desmejorando a medida que se acerca el mediodía, porque sabe que a la
salida lo estará esperando su padre, quién al verlo levantará las manos y dirá
diversas cosas, a saber:
-Buenas salenas cronopio cronopio, el más bueno y más crecido y más
arrebolado, el más prolijo y más respetuoso y más aplicado de los hijos!
Idioma: Español
Categoría: Lengua y Literatura, Narrativa
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