Resena: ...Pero sucedió otra cosa maravillosa: allá donde se posaban las cenizas, en las ramas desnudas nacían una profusión de hojas y flores. Enseguida, por todos los alrededores del anciano, la tristeza del invierno se había transformado en la alegría de la primavera y el aire se llenaba del perfume de las flores que se abrían. El anciano se volvió lentamente para presenciar este nuevo milagro. Alargó su mano para tocar las hojas y los pétalos y asegurarse de su realidad. Lentamente, empezó a dar vueltas, con los ojos sumergidos en el tierno verdor y su olfato lleno de la fragancia de mayo. De repente, echó a correr excitado hacia su aldea.
—¡Mirad, mirad! ¡El viejo jardinero puede hacer florecer los árboles! ¡El viejo jardinero puede hacer florecer los árboles! ¡Mirad, mirad! —gritaba, mientras que seguía cogiendo cenizas y poniéndolas sobre cada árbol y arbusto y viendo cómo éstos abrían sus capullos donde caía la ceniza.
Cuento japonés de autor anónimo.
Idioma: Español
Categoría: Lengua y Literatura, Narrativa
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