Resena: Monólogo en un acto
Él, cincuenta años y de etiqueta, se dirige a la humanidad. Conciencia de existir; felicidad inalcanzable. ¿Por qué estamos aquí. La Iglesia y los científicos. Farsa de la creación. Absurdas teorías. Personajes que acabamos en el cementerio de una biblioteca. ¡Huelga general del ser! El domingo, por si alguno tiene alguna ocupación, suicidio colectivo a las ocho de la mañana. Enterradores de la civilización. Sus manos están unidas por primera vez en la historia. ¡Decidirse es la esperanza! Preparan la excursión. Despedidas. Mañana me muero. ¡Enhorabuena! Cartas urgentes, teléfonos, telegramas, correos electrónicos. Las familias cenan. Regocijo, canciones. ¡Brindemos! Se inmortalizará. Despertador para dormir. Despierta, se asea, se viste de etiqueta para la nada. Se encierra en su despacho; enciende un cigarrillo. Dejará de fumar. Hojea el periódico. Primera plana: Adiós, queridos lectores. Las demás en negro. Pistola en la sien. Llega el instante. Detonación. Cae sin vida. Despierta. Se inhibió. Se encuentra mal. No hay médicos. Imagina. Disparos, ahorcados en los jardines, venas sin una gota de sangre, sueños con una pastilla, ahogados, la caricia del gas, manos blancas al volante, arrojarse desde las alturas. Desea no desertar y no puede. Guarda la pistola. Muertos en las habitaciones por la detonación. ¡Es el asesino de la humanidad! Sale a la calle. Sólo ve cadáveres. Los buitres los convierten en esqueletos; los perros comen los huesos. ¡Es el propietario del mundo! Cree encontrar una mujer; serían bienes gananciales. Dinero en los bancos, restaurante lujoso, baila solo en una discoteca. Acude al teatro. Muertos sobre el escenario. Posee a una bailarina como a una gélida muñeca hinchable. Duerme en el mejor hotel. Tiene coches, aviones, barcos. Da la vuelta al mundo. Envejece; regresa a su casa. La vida es ilógica como antes. Habla con la muerte. Está de vacaciones. ¡Se ha jubilado! La aguarda como su único enamorado. Ella dejará su ropa negra y se vestirá de novia. Quedará sola. ¡Una bella muerta vestida de blanco! Se acusa. Ve que los cadáveres resucitan y hay millones de manos sobre su garganta. Cae al suelo. Se está muriendo. Existir es sentirse solo. Aniquilamos a los demás en un juego teatral y ellos nos vencen en la última escena
Idioma: Castellano
Categoría: Arte, Teatro
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