Esta obra, en diecinueve capítulos, examina y piensa distintas películas, famosas y no tan famosas, en relación a temas filosóficos que pueden vincularse, ejemplificarse o discutirse con relación a sus tramas y argumentos.
Su autor es el español Juan Antonio Rivera (1958), catedrático de filosofía, quien cuenta en su haber varias autorías y participaciones en libros y artículos de revistas especializadas. La presente obra, más que constituir un ensayo filosófico sobre cine, pretende ser, como bien lo dice el autor al inicio de la misma, “una introducción a la filosofía para amantes del cine y una introducción al cine para amantes de la filosofía (filofilósofos)”. Facilita tal introducción un estilo ágil e impecable, que hacen grata y atractiva la lectura. Muchos libros en filosofía “nos dejan soltarlos”, pero este es uno al cual nos resistimos a dejarle. No sólo nos invita a su lectura, sino a su relectura, y esa incitación a reincidir ciertamente es ya poco común. No es extraño que, en reconocimiento a sus méritos literarios, cuando fue recién escrito, en 2003, su autor ganara el Premio Espasa en la categoría de Ensayo.
El libro está dividido en dos partes (el autor las denomina “primera bobina” y “segunda bobina”). En la primera, examina en cinco capítulos lo que él titula “Cuestiones Psicológicas”. Trata allí sobre varias películas (El Coleccionista de William Wyler (1965), Hannah y sus hermanas de Woody Allen (1986), El ciudadano Kane de Orson Welles (1941), La naranja mecánica de Stanley Kubrick (1971), y Calle Mayor de Juan Antonio Bardem (1956). La segunda parte la titula “Cuestiones morales”, y en catorce capítulos escribe sobre varias películas, entre las cuales están: La ley del silencio (On the waterfront, 1954, de Elia Kazan, con las excelentes actuaciones de Lee J. Cobb y Marlon Brando), El triunfo de la Voluntad, magistral documental de Leni Riefenstahl (1934), Casablanca, de Michael Curtiz (1942), una de las mejores películas malas realizadas, y otras como Matrix, Blade Runner, Desafío total, Días sin huella, La rosa púrpura de El Cairo, etc.
El autor, a través de cada uno de esos filmes, y comparándolos unos con otros, nos va mostrando como cada cineasta, con mayor o menor maestría, pero en todo caso con clara intención, nos ofrece construcciones en las que podemos, casi a manera de un laboratorio filosófico, mirar y ensayar las conductas morales, las implicaciones políticas, culturales e históricas, o aún las complejidades psicológicas que moldean e influyen en los hechos de nuestra existencia. Su examen no siempre redunda en alabanzas: muchos filmes merecen observaciones críticas y cuestionamientos sobre lo lícito de las ideas que se nos están ofreciendo en la trama. Ciertamente, como nuestra época no se cansa de clamar, ya no quedan (o casi no quedan) inocencias. Pero tampoco por ello se ha de concluir en que todo son culpabilidades y malas intenciones. Hasta las películas más “tendenciosas” o “ideológicas” (como El acorazado Potemkin o la mencionada El Triunfo de la Voluntad) pueden llegar a ser obras de arte. Ello en todo caso pone a la luz de la discusión la naturaleza problemática, aporética diríase, de la obra de arte, y en este caso, de la obra de arte cinematográfica. Rivera, ciertamente, no va en esta obra a lidiar específicamente con tales temas, pero me parece que ya hace una gran tarea al ponernos frente a ellos, haciéndonos intuir la dimensión de esos problemas e introduciéndonos en una perspectiva filosófica sobre el cine. Y creo que ese es uno de los mejores logros de este libro.
Género: Filosofía,Varios
Tamaño: 356 Kb
Tiene audiolibro: NO
Presentación: Libro
Calidad: Con OCR sin corregir
Idioma original: Sin clasificar
Idioma del texto: Castellano
Clasificado: Sin clasificar
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