Su propio autor, C.H. Spurgeon nos dice al respecto: Las promesas de Dios pueden compararse a cheques pagaderos a la orden del portador.
Han sido otorgadas al creyente con el propósito de que las utilice y las haga suyas, no para que simplemente las lea en la Biblia y después prescinda de ellas como algo inalcanzable.
El cristiano ha de considerarlas como algo tan real como lo es un cheque para cualquier comerciante, tomarlas en sus manos, poner en ellas su firma y presentarlas al cobro en el Banco de los bancos, con la certidumbre de que el Gran Banquero la hará efectivo y le pagará lo prometido a su debido tiempo.
Género: Religión,Cristianismo,Catolica,Teología Liberación
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Tiene audiolibro: NO
Presentación: Libro
Calidad: Sin OCR
Idioma original: Sin clasificar
Idioma del texto: Castellano
Clasificado: Sin clasificar
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