No es la primera vez que Tom Ripley ve al chico. Días atrás lo vio espiando su casa desde la calle, pero no le dio importancia. Esa misma noche, al salir de un bar en el que `casualmente` estaba el chico, éste se ofreció a acomnpañarlo a casa, ya que le quedaba de camino. Tom y el muchacho se hacen amigos y Tom lo invita a pasar unos días en su casa, y allí el chico le dice quién es en realidad: Frank Pierson, hijo del multimillonario norteamericano John Pierson, que fue dado por desaparecido tres semanas atrás, tras el entierro de su padre. Resulta que Frank mató a su padre tirándolo de un acantilado, y una semana después, asustado, huyó de casa a Europa buscando a Tom Ripley, creyendo que podía ser el único en comprenderle y ayudarle debido a su turbio pasado. Tom, que ve que Frank se siente muy atormentado, se compadece de él y decide echarle una mano. Viaja con él a París donde le hace un pasaporte nuevo bajo otra identidad, y para que el chico se relaje y se olvide temporalmente de sus problemas, lo lleva a Berlín, pero allí surgen complicaciones y Frank es secuestrado.
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