Las mujeres se habían hecho cargo de todo a partir de 1998, pero eso, hasta ahora, no había molestado personalmente a Dave Hull. Dave estaba sentado en el departamento local de la redacción del periódico «Citizen Tribune» de Silver Spring. Tenía puesto el sombrero y tecleaba distraído en su máquina de escribir. Se sentía malhumorado. También amargado. Por eso conservaba el sombrero puesto. Si las mujeres periodistas conservaban los suyos, ¿por qué no iba a hacerlo él también, maldición? Su chica también, antaño, había sido reportera. Hasta una hora antes. Ahora era editorialista local. Emily Wallace, redactora jefe de asuntos de la ciudad. Su jefe. ¡Ja! Muy gracioso. Por eso tecleaba desconsolado en la máquina. ...el rápido y moreno reportero dio una palmada a la espalda del redactor jefe de asuntos locales, meto en la maleta seis docenas de frascos de licor, ahora es el tiempo para todos los buenos hombres, repito hombres para que vengan en ayuda de Dave Hull... Así que no le habían elegido para ocupar la vacante de asuntos locales. Está bien, no le habían elegido. Eligieron a Emily. Buena chica, Emily. Con talento, claro, Capaz, claro. Pero es que ella era su chica. ¿Cómo se va a esperar que un hombre trabaje a las órdenes de su novia, que acepte su jefatura? ¿Que el editor o redactor jefe general era una mujer y él estaba a su servicio? Eso era diferente. Completamente diferente. Seis veces más remoto. Y, además, la redactor jefe general no era su chica. Una solterona reseca, eso es lo que era la jefa, buscando un puesto en el gabinete de aquel matriarcado que llamaban gobierno.
Género: Narrativa,Fantástica,Ciencia Ficción
Tamaño: 423 Kb
Tiene audiolibro: NO
Presentación: Libro
Calidad: Sin OCR
Idioma original: Sin clasificar
Idioma del texto: Castellano
Clasificado: Sin clasificar
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